Me siento en la arena de la playa. Sólo 20 minutos. El poco tiempo que soy capaz de soportar la gentedeplayadefindesemana. Abro el libro. El mar tiene un azul insuperable. A 2 metros de mi un niño llora desconsolado. Sigo leyendo. Pasan cinco minutos y no sucede nada. El niño sigue llorando y todos miran hacia otro lado. ¿Es que nadie tiene un abrazo o una palabra para ese niño? Sigo leyendo. La madre levanta por fin la mirada hacia él. Le habla con desprecio, intenta comprarlo con juguetes, lo compara con otros niños, prueba el chantaje, le grita que se calle, lo insulta largamente y con amargura, le pega un guantazo y berrea fuera de sí "ahora sí que vas a llorar". Todo porque el niño llora flojito. A los 30 segundos le está sonando los mocos y todos se comportan como si nada hubiera pasado. El niño también. Me cae una lágrima merecida. Acabo de leer uno de los mejores cuentos que he leído en mi vida, Simplemente iba, de Amy Hempel. Me levanto y me voy.
Mañana bajaré a la playa. Sólo 10 minutos, el tiempo que soy capaz de aguantar a la gentedeplayadefindesemana.
Mañana bajaré a la playa. Sólo 10 minutos, el tiempo que soy capaz de aguantar a la gentedeplayadefindesemana.
5 comentarios:
10 minutos, que poder de soportar lo insoportable. Yo he dejado de ir en verano porque no podía llegar que ya quería irme. Un beso.
Esa escena la he visto yo en un parque... o en un centro comercial... o en... umm... fue en la playa.
Un saludo
Jesús Domíguez
esos diez minutos no existen en nigun otro sitio en el que TU no estes. Y no has dejado de ir a la playa, porque la llevas contigo. Esos diez minutos son los que te persiguen con sus notas discordantes hasta el asiento del parque, el taburete del bar, y lo único que cambia es la historia (Aunque con pocas variantes)Pero como eres insuperable, sello mis dedos.
"Aprendí a soportar sólo lo soportable", dijo Manolo.
A veces hay aprender cosas tan sencillas como eso. Yo estoy en ello.
Supongo que dejaste la casa recogida e irías depilada, ¿no?
¿Quién sabe? Pese a lo que son las playas en fin de semana, nadie puede demostrar que el amor no pueda ir allí a buscarte.
Un abrazo.
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