Se acabaron las elecciones a ser lo más,
se acabó parecer más fuerte para luego tropezar,
se han acabado los debates, se acabó molar,
se acabó hacer teatrillos para destacar.
Se acabaron los días oscuros sin novedad,
se acabó no tener hueco para mi felicidad,
se han acabado las excusas, se acabó llorar,
se acabó parar el tiempo a lo Peter Pan.
(..)
Se acabaron las medias tintas al hablar,
se acabó buscar refugio para mi inseguridad,
se han acabado mis delirios de inmortalidad,
se acabó ser el primero en escapar.
Se acabaron los líos, las prisas, la mediocridad,
se acabó soñar en todo para nunca despertar,
se han acabado las frases hechas, se acabó ensayar,
ya estoy harto de esperar, yo quiero más.
(...)
Triple Salto Mortal, La Casa Azul.
Se acabaron las explicaciones innecesarias, poner un filtro en los comentarios ante la avalancha de inadaptados sociales que me usan para desahogarse convirtiéndose en lo que son, anónimos para los demás, se acabó esforzarse demasiado cuando no fluye de forma natural, se acabó la cobardía, se acabó lo de hablar con personas que sabes positivamente que están usando la letra de una canción como nick para poder luego decirte que no estaban destinadas a ti las palabras de reproche cuando en el fondo estaban deseando que fueras tú la que te interesas y te acercas a hablar porque no saben afrontar las cosas directamente, se acabaron las medias tintas, eso de "debí haberlo hecho mejor", se acabó lo de presuponer que las personas deben tener algo interesante cuando tienen la consistencia del helado al sol, se acabó ser la vía de escape de otros desperfectos, se acabó dar cabida a vertederos que se te pegan como lapas, se acabó dar mi tiempo para que lo fagociten y no comprendan, se acabó sobrepasar la línea de lo que es suficiente cuando te encuentras con una profecía autorrealizada que supura odio hacia sí mismo sólo porque piensas que puedes hacerlo mejor. Claro que puedo hacerlo mejor, pero... no me da la gana.
Decid lo que queréis, pedid lo que deseáis, dad la cara y si queréis un pedazo de tarta no miréis con ojos de cordero degollado mientras decís: "¿Es eso tarta? ¡qué buena pinta!". Si no decís, "quiero tarta", ni la váis a oler, que lo sepáis.
Guerra a los chantajistas emocionales y las personas que no saben cómo aportar nada. Guerra a las personas que tratan de desmontarme porque piensan que quiero quitarles algo que ni me interesa ni realmente les pertenece. Guerra a muerte sin tregua a los cobardes que no se sostienen de ninguna de las maneras. Guerra a las personas que tratan de dar pena para no tener que dar cuenta de sus acciones.
Guerra a la guerra con la técnica de ser una infiltrada que se mueve entre lagunas legales, la técnica de tener un juego que no lograrían ver siquiera con gafas infrarrojas. Me he inventado un código que escapa a sus normas no escritas y me va como la seda. Porque lo que yo quiero no cuesta dinero ni tiene que ver con alabanzas. Lo que yo quiero es lo que yo quiero y no está tipificado en vuestras malditas encuestas. Lo que yo quiero lo arrebato con la coherencia de un malvado construído a golpe de consistencia.