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"¿No hay que cambiarlo el mundo? La virtud, pues, es peor que inútil: es también un vicio. Si se necesita ser particularmente bueno es que algo va francamente mal. Maldita la época -sí- que necesita héroes y santos. No se puede transformar el mundo con la varita de masturbar nuestras virtudes: hay que derribar la Bastilla."
Santiago Alba Rico.

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25.11.09

pero qué maR todo

"que vais por las calles
como moscas sin alas,
(... ...)sólo tengo alas
y me falta la mosca".
EL ALBATROS

A veces, por divertirse, los hombres de la tripulación
capturan albatros, grandes pájaros del mar,
que siguen, indolentes compañeros de viaje,
al barco que se desliza sobre abismos amargos.

Apenas los han situado en cubierta,
esos reyes del éter, torpes y avergonzados,
dejan piadosamente sus grandes alas blancas
como remos colgar de sus flancos.

¡El gran viajero alado, ahora tontón y apático!
¡Él, tan hermoso antes, ahora cómico y feo!
¡Uno irrita su pico con la pipa encendida,
y el otro, renqueando, imita al volador que anda!

El poeta es similar a ese príncipe de las nubes
que ríe de la tempestad y ríe del arquero;
exilado en la tierra entre burdos silbidos
sus alas de gigante le estorban en el suelo.

Autor: Charles Baudelaire
Traducción: Luís Antonio de Villena
qué torpe cuando camino. qué alto cuando vuelo.
toda alas, toda álbatros, sin mosca,
qué maR en la tierra, qué entero en el cielo...

Gracias Neorrabioso, Farrah.

2 comentarios:

Ignacio Reiva dijo...

Porque hay gente capaz de capturar albatros por diversión, existen los poetas. Y hay gente que se divierte matando poetas "por amor de lo que vuela", como dice Machado. Un gran beso.

Neorrabioso dijo...

Este poema es superior, aunque lo ensucia un poco la cita de la entrada.

De todas formas, a Baudelaire le diría que yo, a los poetas, no les veo las alas de gigante por ningún lado.

Abrazos voltaicos.

Hasta pronto.

"¡Por un fusible y un rotor! Es una advertencia al lector: las cosas van mal, pero irán peor. Digan lo que digan, éstos gripan mejor que Reagan. La humanidad no para de avanzar: primero vino Felipe y ahora tenemos a Aznar. ¿Por qué no me dejan participar? ¡Por un cable y un pistón! ¡No acepto la jubilación! ¿Por qué no me dan un nombramiento? Volveré, lo garantizo, y globalizaré hasta el granizo. jajajajaja. ¡Qué mala, pero qué mala soy!

Prólogo de la Bruja Avería en El Libro de la Bola de Cristal,
por Santiago Alba Rico.