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"¿No hay que cambiarlo el mundo? La virtud, pues, es peor que inútil: es también un vicio. Si se necesita ser particularmente bueno es que algo va francamente mal. Maldita la época -sí- que necesita héroes y santos. No se puede transformar el mundo con la varita de masturbar nuestras virtudes: hay que derribar la Bastilla."
Santiago Alba Rico.

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30.3.09

poema a medio cocer

ahí viene,
un poema de circuito eléctrico sube por la pierna,
aquí está, sin precaución ninguna
primero el suelo resbala y tropieza
la visión del arriba y el abajo se tuercen
como una cámara que graba mientras pierde el equilibrio
aquí justo ahora, rugido sordo de estampida
y un segundo después se abre como un horizonte

un poema que se cae por unas escaleras sin baranda
poema de garganta adormecida que no traga con todo,
una incoherencia tal como preferirte,
busco eso que hace click, la rendición definitiva,
que me haga gritar, no hay más dueña que aquello de ti que subyuga,
dame esto, dámelo, dame esto que pido, llévatelo todo,

quiero un interruptor roto que deje encendido,
unos mandos que no responden, trayectoria imprevisible,
unos raíles de tren que en un precipicio terminan,
un motor trucado en manos de especialistas
de ojos vendados en una curva imposible,
haré un surco delirante estratosférico
antes de por ti besar el suelo,
dámelo o sentirás mi furia enredada.


Pese a que mis labios nunca suplican,
oscilan entre desdén y aeropuerto,
salto infiltrada, topo de mi razonamiento
y boikoteo mis planes de huída.
Mi voz te busca sin red,
exploro tus mares, selva salvaje,
primaveras en tarros de cristal,
sol coagulado a modo de miel como otoños,
quiero tragarlo y llevarlo dentro
y adoro la forma en que me pierdo pensando en esto.

2 comentarios:

el lector dijo...

rugido sordo de estampida
un poema que se cae por unas escaleras sin baranda

Anónimo dijo...

A veces, los pensamientos son escaleras. Escaleras que no tienen dirección y siempre bajan aunque parezca que ofrecen opciones.

Todo se derrama. Hay un sentido único en el pensamiento, la negación constante de lo que exige el corazón.

Abajo, siempre abajo, mientras la mente lucha contracorriente, y las palabras fluyen como un río de nadas.

Tus pensamientos hacen ondas en mí. Acuosa y desprevenida, abajo, siempre abajo.

"¡Por un fusible y un rotor! Es una advertencia al lector: las cosas van mal, pero irán peor. Digan lo que digan, éstos gripan mejor que Reagan. La humanidad no para de avanzar: primero vino Felipe y ahora tenemos a Aznar. ¿Por qué no me dejan participar? ¡Por un cable y un pistón! ¡No acepto la jubilación! ¿Por qué no me dan un nombramiento? Volveré, lo garantizo, y globalizaré hasta el granizo. jajajajaja. ¡Qué mala, pero qué mala soy!

Prólogo de la Bruja Avería en El Libro de la Bola de Cristal,
por Santiago Alba Rico.