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"¿No hay que cambiarlo el mundo? La virtud, pues, es peor que inútil: es también un vicio. Si se necesita ser particularmente bueno es que algo va francamente mal. Maldita la época -sí- que necesita héroes y santos. No se puede transformar el mundo con la varita de masturbar nuestras virtudes: hay que derribar la Bastilla."
Santiago Alba Rico.

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11.6.09

Jose tiene sesenta y pocos, es un buen vividor y un sonetista excelente, y me quiere aunque sólo nos hemos visto en persona un par de veces. Me conoce como si me hubiera parido porque cuando me lee lo hace con las tripas aún a pesar de que a veces no tengo paciencia para mirarle. Llegó a presentarme a su hija una vez.

A veces, si hablo con él de mis cosas, me abre un poco los ojos y me enfurece tanto que me revuelvo como un bicho en una jaula.
- ¿Me estás manipulando?- le pregunto a sabiendas de que él no perdería nada si tuviera que confesar. Conmigo no tiene nada que perder.
- No,- me dice.- Sólo saco fuera lo que llevas dentro.

Me aconseja, se ríe en mi cara con todo el cariño del mundo cuando sabe que le estoy mintiendo, lee el poema que encerré bajo llave y que puede que nadie más lea y antes de marcharme me dice a modo de despedida:

- No folles por el camino.- Sonrío. Sí, me conoce mejor que yo.

Después de los encargos llego al bar. Bebo. Me atraen los obreros feroces tatuados con júbilo de sol. Tienen esa viveza animal que a otros les falta. Saben cosas que un oficinista no comprenderá jamás. Una camarera con unos ojos negros impresionantes se anticipa a mis deseos de beber aún y me alegra la tarde. El alcohol sube directo a la cabeza y la luz me toca como un sueño. Leo a Miranda July, un cuento sobre un hombre maduro al que le gustan las adolescentes y escribo esto que estáis leyendo en una sucia servilleta. Pago la cuenta y salgo fuera.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

impresionante lo que me gusta leerte,
no detengas nunca aunque al final encierres tus poemas en un cajón, el tiempo me los hará llegar

Anónimo dijo...

Guarda esa servilleta, por lo que más quieras...

Anónimo dijo...

me gusta lo que escribes......

que buena esa libertad de poder decir sin que haya nada que demostrar ..... o necesidad de decir lo contrario....de poder estar en lo autentico.....

Dara dijo...

Y lo que pase después, en la próxima servilleta. O en la mano, qué más da.
Seguro que Jose se lo lee en los ojos en cuanto la vea, sin necesidad de servilletas ni palabras.



un miau en un vaso de alcohol para ti :)

Unknown dijo...

¿Pero follaste por el camino o no follaste?

:P

Me cae bien tu amigo.

Soledad dijo...

es bueno tener a alguien que nos descubra

natalia manzano dijo...

jose dice: (23:41:33)
no
natalia* dice: (23:41:37)
:P
natalia* dice: (23:41:48)
me caes bien porque no siempre me haces caso
jose dice: (23:42:35)
te caigo bien porque formo parte de ti
natalia* dice: (23:44:10)
eres géminis?
jose dice: (23:44:24)
cancer con ascendente en geminis
jose dice: (23:44:28)
bipolar
natalia* dice: (23:44:44)
y tú cuántas personas llevas dentro?
jose dice: (23:45:09)
yo solo soy tu y yo

tartucas dijo...

Sinuoso, misterioso, displicente,
argumento basal, y sin sentido,
amante universal, vulgar querido,
apunte de buril, intransigente.

Odiado por los dioses y la gente,
soberbio, de ala ancha y divertido,
tan loco, terminal y sometido
su paso a la desgracia de indigente.

Así aprecia la vida el submarino,
el que ocupa su vida rebuscando
las gruesas disciplinas que no entiende.

Así me siento: de alba y vespertino.
Que no sé de carreras, siempre andando,
en el mismo lugar que me pretende.

"¡Por un fusible y un rotor! Es una advertencia al lector: las cosas van mal, pero irán peor. Digan lo que digan, éstos gripan mejor que Reagan. La humanidad no para de avanzar: primero vino Felipe y ahora tenemos a Aznar. ¿Por qué no me dejan participar? ¡Por un cable y un pistón! ¡No acepto la jubilación! ¿Por qué no me dan un nombramiento? Volveré, lo garantizo, y globalizaré hasta el granizo. jajajajaja. ¡Qué mala, pero qué mala soy!

Prólogo de la Bruja Avería en El Libro de la Bola de Cristal,
por Santiago Alba Rico.