"Apreté los labios contra su oreja y volví a susurrar: No es culpa tuya. Quizá sea eso lo único que siempre he querido decirle de verdad a alguien, y que alguien me lo dijera."
Nadie es más de aquí que tú,
Miranda July
Esa sería mi frase ahora. "No es culpa tuya". La pondría de colores colgando en mi casa. O fuera, para que la vean los vecinos. Ahora, justo ahora, la llevo escrita en algún sitio de mi cuerpo. Para mi misma.
1 comentario:
MI CULPA
Mi culpa es azul.
Un siniestro azul que se subleva.
Un azul que nada tiene de misterio
y sí de certeza.
Mi culpa bebe en aguas turbias
que se cruzan con el sueño,
con gigantes que me acosan
y vencen.
Mi culpa tiene un toque de nostalgia
que oprime mi pecho.
Tiene también ese algo
que se hunde,
que no evito,
que rompe sus azules cuando duermo.
Mi culpa es un gigante
quieto.
Una dentadura que me mastica,
una flor de destierro,
una fábula en que
el amor se difumina
y deja entrar lo funesto.
Es el alma de las almas,
es mi encierro.
Es una enorme pupa
supurando el desconcierto.
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