
Independientemente de cómo te lo tomes, ser mujer y dadora de vida puede producir en más del 85% de las personas:
1. tensión arterial que sube antes y baja después
2. fiebre
3. dolor en el abdómen
4. tendencia al estreñimiento seguido de diarreas
5. aumento del tamaño del hígado y retención de urea
6. dolor de garganta
7. es posible que haya algunos trastornos de la vista y el oído
8. aumento de la secreción del sudor
9. disminución de los glóbulos rojos
10. inestabilidad de las glándulas produce fragilidad nerviosa
11. cefaleas
12. humor inestable; posibles trastornos psíquicos graves.
Y es que "cada mes un niño se prepara para nacer y aborta". La divertida alternativa es el embarazo, es decir, la alienación de tu cuerpo por un cuerpo extraño con riesgo de tu vida, o el tratamiento hormonal y el consiguiente riesgo de morir de cáncer.
Yupi, yupi, jaja. Hay que tener pantalones para lidiar con eso.
Si pudiera no creo que cambiase nada de esto, pero ciertamente es un obstáculo para llevar un buen ritmo en tus logros y ser estable emocionalmente. También tiene su lado bueno. Pero ese ya lo conocéis, ¿no?
fuente: Beauvoir, Simone, El Segundo Sexo.
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