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"¿No hay que cambiarlo el mundo? La virtud, pues, es peor que inútil: es también un vicio. Si se necesita ser particularmente bueno es que algo va francamente mal. Maldita la época -sí- que necesita héroes y santos. No se puede transformar el mundo con la varita de masturbar nuestras virtudes: hay que derribar la Bastilla."
Santiago Alba Rico.

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25.7.07

me subo en el coche y entonces M. dice:
- Aunque llegamos tarde, tengo que parar a comprar rodilleras.
- ¿Exactamente a qué tipo de fiesta me estás llevando? - pregunto yo mientras contra todo pronóstico me imagino a M. con las rodilleras puestas y desnudo embadurnado en jabón deslizándose por una cuesta de losas llenas de agua.
cinco segundos antes, cuando he abierto la puerta del coche he descubierto de que se trata de un "coche-de-cumpleaños", es decir, en lugar de almoadillas a los pies tiene tartas de chocolate. M. me mira y dice: "Cuidado con los pies". el coche no sólo lleva papel de regalo detrás, sino tijeras, celo y un montón de cosas que convierten el maletero en una extensión de la habitación de M.
cuando llegamos... M. avisa, "cuidado que las tartas llevan whisky" y el señor Rufles pregunta "¿Pero lo has puesto antes o después de meterlas en el horno?". "¿qué horno?".
me saludan desde la cocina 50 barras de pan y 50 botellas de tinto de verano y una larga mesa con tortillas de patas, ensaladas de pasta, y un largo etcétera. la niña del cumpleaños, que luego descubro que le van a regalar unos patines (ahhh, vale por eso!!!), prueba algo naranja y el amigo que lo ha traído pregunta: "¿sabes lo que lleva?", a lo que ella responde corriendo hacia la piscina que se las pela.
comimos, bebimos dentro de melones, cantamos Les Luthiers, contamos chistes, citamos series, hablamos de juegos de roll, nadamos en la piscina, luché a muerte con un señor calvo por conseguir robarle el balón y contemplé las extrañas marcas del sofá en las mejillas de P. al día siguiente. justo después de ese momento extraño en el que desperté en una cama diferente de la que recordaba me había acogido la noche antes, con un manojo de llaves en la mano que absolutamente ninguno de los presentes, incluída yo, reconocimos, y con sensación de haber estado sonambulando de lo lindo.

se me olvidó estar triste o enfadada

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"¡Por un fusible y un rotor! Es una advertencia al lector: las cosas van mal, pero irán peor. Digan lo que digan, éstos gripan mejor que Reagan. La humanidad no para de avanzar: primero vino Felipe y ahora tenemos a Aznar. ¿Por qué no me dejan participar? ¡Por un cable y un pistón! ¡No acepto la jubilación! ¿Por qué no me dan un nombramiento? Volveré, lo garantizo, y globalizaré hasta el granizo. jajajajaja. ¡Qué mala, pero qué mala soy!

Prólogo de la Bruja Avería en El Libro de la Bola de Cristal,
por Santiago Alba Rico.