T. D. Adorno
una de las primeras pintadas que fotografié fue una plantilla de esta cita. ahí estaba, en el barrio del Realejo, Granada, esperando en un muro de una calleja. el aire olía a opio, los demás perseguían algo más pequeño que yo y lo que yo perseguía se me escapaba. luego vimos amanecer en una terraza del Albaycín, me acababan de salvar la vida dos veces y por fin ninguna verdad era más grande que las otras.
*gracias, Vladimir.
*gracias, Vladimir.
1 comentario:
Y menos mal.
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