
Lo raro produce desasosiego, porque exige la comprensión de algo inusual y nos hace sentir vulgares. Nos saca de nuestras casillas.
La cima de lo raro se pierde entre las nubes.
Lo raro siempre está en el envez de las cosas.
Lo raro es la metáfora que disloca el razonamiento y llega siempre antes.
Para lo raro se reservan espacios cerrados, muy difíciles de invadir.
Es raro aquel que se mueve con fatalidad en el ámbito de lo raro.
Yo tuve un hijo raro.
Sus virtudes poderosas, honestidad, estoicismo, austeridad, clarividencia, nos sirvieron de ejemplo y marcaron a fuego a la familia, que se hizo mejor.
También nos produjo desasosiego.
Fue poeta, pintor y hombre entero.
Estaba entre las nubes y veía las cosas desde lo virtual.
Sus metáforas llevaban directamente al punto de destino.
Su espacio no coincidió con el de los demás, lo que le hizo sufrir extraordinariamente, y decidió cambiarlo por otro más sereno.
Su ausencia es inabordable.
Verano de 2002
3 comentarios:
Estremecedor y lúcido.
Quien no haya entrado en el mundo de Pedro Casariego Córdoba se está perdiendo una inmensa parcela de inquietud y de saber. Demasiado grande, tal vez.
Os acompaño, sin duda, en el sentimiento.
Lo raro se está perdiendo, lo perdemos todos los días. Ya no hay sorpresas en las calles, ni buenas ni malas, la monotonía en caras, gestos y actitudes es preocupante. Tengo la sensación de que una sociedad sin ello, exenta de rarezas y raros, es la menos deseable de todas.
Hagamos apología de lo raro, sí, porque es lo verdaderamente valioso, y porque todo aquel que así se siente es un valiente, un héroe, un revolucionario.
Saludos.
Excelente postagene, Apneica!
Gracias por hacerla.
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