hubo un tiempo en que nadie tocaba mi pelo
un mar de ondas castaño claro que me bajaban toda la espalda y más
por si pasaba un bosque y decidía quedarme en él
como en aquel sueño plagado de lobos árticos
luego encontré quien redujese mi jungla a mínimos detalles
hoy me he mirado al espejo y me he estado profanando torpemente a placer. ha sido un gustazo. no sé qué me pasará mañana por la cabeza, pero hoy estoy más fresca, me he ahorrado 19 euros y no me importa si no me queda bien. el pelo, mi pelo, siempre vuelve a crecer pase lo que pase, así que no me preocupa más.