
últimamente beber me aburre soberanamente. hacerlo de vez en cuando, con amigos, dejar que se te desate el alma un rato y salga a jugar... es maravilloso. pero cuando me encuentro con gente que debe hacerlo cada día me parece insulsa la búsqueda de caos gratuito. como si no hubiese ya suficiente. y si lo dijese, si alzase la mirada y les dijese que es más duro afrontar las horas a pelo, sin tomar nada, que ese es para mi el verdadero coraje y la auténtica forma de mirar... se levantarían y se irían a meterse de todo, hasta la madrugada y más, pensando que soy una ingenua. pero no es que no sepa lo duro que es, claro que lo sé y no voy a juzgar. es que a pesar de todo sigo pensando que hay algo más allá del miedo y la desolación. puede que no lo comprendáis, puede que no encuentre la forma de explicarlo. pero ahí está. y si me aburro, pues me apetece hacer cosas diferentes, cambiar, explorar... y si las hago, puedo volver a coger el vaso para brindar con vosotros nuevamente.
afortunadamente, he podido hablar de ello con las personas con las que para mi era importante hacerlo.