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"¿No hay que cambiarlo el mundo? La virtud, pues, es peor que inútil: es también un vicio. Si se necesita ser particularmente bueno es que algo va francamente mal. Maldita la época -sí- que necesita héroes y santos. No se puede transformar el mundo con la varita de masturbar nuestras virtudes: hay que derribar la Bastilla."
Santiago Alba Rico.

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25.6.08



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22.6.08


de profesión, aspirante a conductora, lectora de graffittis murales, amante fantasma a tiempo parcial, soñadora a tiempo completo, profesora sin alumnos hasta septiembre, escritora no pública, ignorante de ambiciones altas, lisa y llanamente, no soy la carretera de otros, soy el camino de tierra de ser eso que desconozco...

11.6.08

posmodernismo mental


compre en el corte infiel. coma catoditos fritos. gripe a la humanidad. ¡¿no te funde?! vaya usted de culombio. de pila master. ministerio de bombas y humanismo. ministerio de cultura y basura.

ponga un misil en su vida y apúntese a la movida.

8.6.08

Lejos... ¿de dónde? Extranjero... ¿de quién?

que no, que no son raros porque son distintos de nosotros, sólo son distintos y no están más o menos equivocados.
que no, que hay millones de personas en el mundo que no saben que existe tu cultura y pueden vivir tranquilamente sin preguntarse qué significa España, ni se les acaba el aire por no pensar en Europa.
que no, que no están balbuceando sólo porque tú no lo entiendes, muy probablemente están hablando en una lengua que tiene cientos de años de tradición literaria o miles de años de cultura precedente.
que no, que no está lejos de todo sólo porque tú estés lejos de allí.
que no, que tu ciudad no es grande, que cabe 53 veces en la ciudad de Méjico, que la extensión de tu país cabe 2 veces en el terreno que un ganadero emplea en Carolina del Sur para tener sus vacas y seguro que todavía le sobran tierras.
que no, que no es necesario y único tu idioma para construir pensamientos abstractos y si te ríes de otros idiomas sólo porque eres un necio y no sabes ni te crees capaz de suplir esa carencia, entonces te falta aprender un poco de respeto, criatura asustadiza y lamentable.

que no, que no hace falta enamorarse de la casualidad de haber nacido en un lugar concreto del universo. todos son cuando menos interesantes. y si sólo conoces uno... será más difícil que comprendas que nada es mejor ni peor, y que reírse de algo que no se conoce es de memos.


http://www.walabay.com/play_v3.php?t=16696

7.6.08

Dos



Si yo me encuentro bien, si tú también,
si no hay nada alrededor, si no hay nada mejor,
¿por qué intentar disimular? Si no hay nada que ocultar.
Si hay dos, sobran los demás.

No puede parar,
no puede esperar,
y hay que cogerlo y dejar de pensarlo,
subirseo bajarse y dejar de esperarlo.

No sé, qué es lo que hiciste ayer,
tal vez no lo quiero saber,
quizás no necesito más,
ya estoy donde quiero estar.

Y a mi qué más me da si les parece bien,
y qué más nos da,
siempre hay quien piensa que está mal.
¡Me da absolutamente igual!

No hay pregunta que no puedas responder,
no hay respuesta que no puedas entender,
sin pensar por qué, sin decir que no,
sólo estar aquí y hacer lo que es mejor.

6.6.08

"(... ...) La presencia de la mujer es de un género diferente a la del hombre. La presencia de un hombre depende de la promesa de poder que él encarne. Si la promesa es grande y creíble su presencia es llamativa. (... ...) El poder prometido puede ser moral, físico, temperamental, económico, social, sexual... pero su objeto es siempre exterior al hombre. La pretensión se orienta siempre hacia un poder que ejerce sobre otros. [el hombre vale según HACE POR O A LOS DEMÁS]. En cambio, la presencia de una mujer expresa su propia actitud hacia sí misma, y define LO QUE SE LE PUEDE O NO HACER. Nacer mujer ha sido nacer para ser mantenida por los hombres dentro de un espacio limitado y previamente asignado. Pero ha sido posible a costa de partir en dos el ser de la mujer. Una mujer debe contemplarse continuamente. Ha de ir acompañada casi constantemente por la imagen que tiene de sí misma. Desde su más temprana infancia se le ha enseñado a examinarse continuamente. Y así llega a considerar que la examinante y la examinada que hay en ella son dos elementos constituyentes, pero siempre distintos, de su identidad como mujer. Tiene que supervisar todo lo que es y todo lo que hace porque el modo en que aparezca ante los demás, y ante los hombres, es de importancia crucial para lo que normalmente se considera éxito en la vida para ella. Su propio sentido de ser ella misma es suplantado por el sentido de ser apreciada como tal por otro. Los hombres examinan a las mujeres antes de tratarlas. En consecuencia, el aspecto o apariencia que tenga una mujer para un hombre puede determinar el modo en que éste la trate. Para adquirir cierto control sobre este proceso, la mujer debe abarcarlo e interiorizarlo. (... ...) Cada una de sus acciones- sea cual fuere su propósito o motivación directa- es interpretada también como un indicador de cómo le gustaría ser tratada. Si una mujer tira un vaso al suelo, esto es un ejemplo de cómo trata sus propias emociones y, por tanto, de como desearía que la trataran los otros. Si un hombre hace lo mismo, su acción se interpreta simplemente como una expresión de cólera. Si una mujer gasta una broma, esto constituye un ejemplo de cómo le gustaría ser tratada por otros en cuanto mujer bromista. Solamente los hombres pueden permitirse el lujo de gastar una broma por el mero placer de hacerlo. Todo lo anterior puede resumirse diciendo: los hombres actúan y las mujeres aparecen. Los hombres miran a las mujeres. Las mujeres se contemplan a si mismas mientras son miradas. Esto determina no sólo la mayoría de las relaciones entre hombres y mujeres sino también la relación de las mujeres consigo mismas. El supervisor que lleva la mujer dentro de sí es masculino: la supervisada es femenina. De este modo, se convierte a sí misma en un objeto, y particularmente en un objeto visual, en una visión.”

Berger, John, Modos de ver, pág 53-55,Editorial Gustavo Gili, S.A., Barcelona, 2000.
"¡Por un fusible y un rotor! Es una advertencia al lector: las cosas van mal, pero irán peor. Digan lo que digan, éstos gripan mejor que Reagan. La humanidad no para de avanzar: primero vino Felipe y ahora tenemos a Aznar. ¿Por qué no me dejan participar? ¡Por un cable y un pistón! ¡No acepto la jubilación! ¿Por qué no me dan un nombramiento? Volveré, lo garantizo, y globalizaré hasta el granizo. jajajajaja. ¡Qué mala, pero qué mala soy!

Prólogo de la Bruja Avería en El Libro de la Bola de Cristal,
por Santiago Alba Rico.